¿Porqué Retrato? 

Lo que escribiré es tal vez una barbaridad, pero son conceptos con los que trabajo y hago fotografía desde siempre.
Creo que hay una diferencia sustancial entre hacer retrato y hacer fotografías de personas; la popularización de cámaras con la era digital ha hecho, me parece, que se confunda el hecho de fotografiar a una persona con hacer un retrato.
Esta popularización de los dispositivos para hacer fotografía aunado al auge de redes sociales ha dado como consecuencia que muchas personas confundan los términos o tengan la creencia de que son lo mismo. Por ejemplo, las llamadas “sesiones” se han confundido mucho con hacer retrato, la foto de moda a veces es confundida con retrato también.​​​​​​​
¿Dónde radica la diferencia entre una “sesión” y un retrato? A mi entender en que la “Sesión” tiene una pretensión establecida por el fotógrafo o por la persona a fotografiar, intenta comunicar algo, mandar un mensaje a través de la imagen. Normalmente una “sesión” se planea, se decide que ropa vestir, que tipo de maquillaje usar, una locación adecuada que encuadre el mensaje que se pretende transmitir, es, en la mayoría de los casos, un ejercicio creativo por parte del fotógrafo o del sujeto a fotografiar que requiere una ejecución de acuerdo al guion pre establecido, hay poco espacio para la improvisación y para la exploración una vez que se comienza a ejecutar el proyecto.​​​​​​​
Un retrato, por el contrario, debe ser una exploración íntima del sujeto a fotografiar, se pretender arrancar emociones auténticas en la fotografía, que esta refleje un rasgo de la personalidad del sujeto o que sea fiel al momento que se está viviendo, siempre un retrato debe lo más espontaneo posible, si bien existe una planeación en la mayoría de los casos, esta no debe de exceder a fijar un horario, una fecha, un lugar. Es, repito, una exploración del fotógrafo en la personalidad de su sujeto que muchas veces termina siendo un viaje interior para el sujeto.​​​​​​​
Para lograr un buen retrato, en los términos emocionales planteados, se debe establecer in vínculo, brindar confianza y en el mejor de los casos construir una complicidad entre el fotógrafo y el sujeto.
Una vez tendiendo estos puentes personales, será la habilidad del fotógrafo y su ojo, la que le dicte el momento de apretar el botón y capturar la imagen, una sesión de retrato siempre será, a mi entender, una sesión con disparos muy bien pulsados.
Trabajando con Silvia Ávila

Esto es un ejercicio que espero me permita retomar la fotografía de retrato, es un área que me parece cada día se pierde más dentro de la fotografía profesional y me gustaría mucho seguir haciendo en el futuro.
Este es el primer encuentro con Silvia Ávila, fue un encuentro de acercamiento, de romper muros, si bien nos conocemos y pudimos colaborar en un proyecto político en meses pasados, nuestros lazos han sido sólo profesionales.
Esta primera sesión fue mucho más para escuchar lo que ella tenía que decir de ella misma, de los últimos años de su vida, de su desarrollo como persona, de su relación familiar, sus desencantos, etc.
No hablaré mucho sobre ella hasta que termine el proyecto ya que no quiero influir en quien vea sus fotos con mis percepciones sobre ella, espero que las fotos hablen por ella. Pretendo un mínimo de 3 sesiones con Silvia, espero que sea una más ligera que la otra, hasta derribar los muros y poder ver a la Silvia Ávila que hay detrás de lo que todos días muestra.
Sobra decir lo agradecido que estoy de que confiara en mí, casi un desconocido, para mostrarse tal y como es ella en la intimidad.
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